A veces y sólo a veces quiero trotar sin mirar atrás, tan rápido que el viento corte mi cara, tan rápido que mis piernas vuelen por encima del suelo, sientiéndome ligera de equipaje y sin pensar a dónde quiero llegar.
A veces quiero trotar veloz, para que sólo me atrapen aquellos que realmente lo quieran hacer. Dejando en el camino a aquellos a los que realmente no les intereso, a aquellos a los que no les importo pero que llegaron a mí en un momento de cansancio cuando paré a beber agua.
Si llegas donde estoy es porque habrás luchado, porqué no habrás querido nunca perderme de vista. Porque alcanzarme te habrá costado esfuerzo y sólo así habrás podido descubrir que seguir a alguien siempre cuesta, por mucho que le quieras.